Como el dibujo de Camila que se desliza por la hoja con la seguridad del vuelo de un ave que planea aquí y allá, así quiero que te lleguen mis cuentos.
Hoy por la mañana plantamos un gynkgo con una dedicatoria escrita desde el corazón para el pueblo de Japón. Está en la vereda de la calle Armenia a media cuadra de Av. Santa Fé. Y gracias a Pablo.