miércoles, 6 de mayo de 2009

Era Ella

El sol iluminaba tan bellamente la cara de aquella agente de policía de tránsito, que casi no vi el camión repartidor de gaseosas que cruzaba la bocacalle.

Los bocinazos me ensordecieron, pero yo sólo tenía ojos para esa mujer  de uniforme impecable, gorra y tiradores del que colgaban graciosamente unas esposas y una pistola.

No era parecida, para mí ERA Ursula Andress con los 26 años de "Doctor No".

 El corazón me corcoveó. Tanto tiempo, seis años casi, esperé este momento.Ya casi perdida la esperanza, se me estaba por dar. Y... ¿que sentía?...

Mi miembro, hábil pergueñador de fechorías libidinosas, reaccionaba fláccido. Me contemplaba a mi mismo como una madre pavota que no sabe como agasajar a la hija de visita después de larga ausencia. Y me daba asco. ¿Es que solo había sido todo este tiempo un fetichista de la última fila de la función matinée?

Debía tranquilizarme....realizar una tarea previa para aventar ilusiones ópticas (comunes en tales enfermos).

Vamos a ver....no se mueve....ha descubierto un motociclista en contravención y la muy...gacela.... (gacelaaaa.) permanece cual estatua  de Fidias-o cualquiera de esos- inmóvil tras los pastos altos de la sabana -que vendría a ser el puesto  de revistas-...

El comisionista motorizado aparcado en zona reservada se quitó el casco y prendió un cigarro.Ahí va mi gacela... (Y es nomás ella...)

Con un corte de cintura como esquivando la ola -que aquí representa la rama del lapacho florecido- se desliza  hasta la profundidad del mar bravío de bocinas...

Y,…ya vuelve, habiendo advertido seriamente al infractor,….. Y el uniforme desaparece….. (Y vuelve mojada con la bikini blanca, la bikini que compre en subasta en ochenta mil dólares en Cristhie y que la misma madurita Ursula me firmó la entrega......)

 El clímax llegaría al transmitirle la buena nueva (de ser posible en el lóbulo de la orejita):

 Que la prenda era para ella, que era imprescindible que cubriera su cuerpo en diez o quince minutos-los que tardaría entre ir y venir de casa- con la dos piezas, y verse convertida entonces en la rotunda Ursula  luego de cambiarse en el baño del café de la esquina.

Se ve que en el medio del delirio estuve haciendo gestos rayanos en lo obsceno porque la diva guardián del orden me encaró con bronca mientras me mascullaba:¡Que señas  está  haciendo con las manitos!....

Me esforcé  por reaccionar, de mi respuesta dependía caer o no preso.

 Y entonces respondí: no, por favor, yo, yo....qqqueee. Yo queríaaa...¡¡¡nada mas saludar!! Eso....solo...Eso…

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