domingo, 21 de diciembre de 2008

Instrucciones

Ñoueserrterrotro……..

¿Qué?

 

Ñoueserrterrotro…

….. ¡No te entiendo! Terminá de masticar y te escucho….

 

Digo que no es ese el rostro….el modelo original es otra mujer con el pelo muy largo…..pero no importa, el que figura en el  catálogo como "mujer inconciente" de López del Olmo es este, quedate tranquilo.Yo conozco el original, me lo mostró el mismo López, carcomido por la humedad y  casi destruido entre unos trastos viejos. Fue en una visita que le hice por el 97, julio creo, porque yo no me había mudado y fue el invierno más frío del siglo. Fijate en la tarjeta, falleció en el 98…….

Sí, dice en diciembre….

Bueno, el digamos "original", y no sé porqué te lo cuento a vos, será porque sos amigo, no sé si porque la tela estaba deteriorada casi totalmente, lo que sé es que me infundió terror.

 Yo la solté y el viejo pensó que andaba una rata por el ademán brusco que hice. No le confesé la verdadera razón, pero despierto como era debe haberse dado cuenta porque enseguida lanzó una carcajada y se refirió a esa cara. Me dijo que para la ejecución de esta tela se sintió libre al principio. El hacendado que venía recomendado por otro cliente fue muy general, sus requisitos eran mínimos. Sin embargo le falló la intuición porque cuando se la presentó le hizo varios reparos. La pintura es del año 36, creo, -la primera, se entiende-. López del Olmo andaba por los veintitantos y según me contó con la esperanza intacta de hacer con estos encargos el suficiente dinero para dedicarse a su propia obra. Sin embargo a veces como en la ocasión el tema propuesto lo estimulaba y vislumbró una aparente libertad para aplicar su talento y que resultó a la postre, engañosa.

La clientela habitual era  meticulosa y te darás cuenta la tremenda destreza de estos tipos.

  Mirá el trabajo sobre el jardín que observa la mujer y que refleja el espejo en el costado. ¿Ves el seto con hortensias al fondo; no se percibe una leve deformidad que da el espejo? Bueno, te diré que en la tela arrumbada eran rosas blancas. Según López, un símbolo de pureza emergiendo detrás del rostro de la mujer de vida liviana con la pesadumbre de una sifilítica en la expresión .Ja, ja, que se le va a hacer. El cliente prefirió hortensias y también cambiar el rostro porque instalada la pintura en el rellano de la escalera principal viéndola tres o cuatro veces por día le contagiaría el malestar.

Ja, ja, y ya que estaba le pidió que la partitura del piano de la escena no fuera de un chotis sino de una obra de Schubert.

 La alfombrita de debajo de la pedalera  con motivos orientales; en aquella obra es una descolorida de lana y deshilachada para remarcar más aún la disipación de la vida en ese cuarto en el horario nocturno cuando los más cercanos visitan a su querida.

 En el  derruido son cupidos los del cuadro de la derecha. En este  han volado remplazados por un paisaje bucólico. En el original una hiedra se desprende de la ventana y parece invadir el cuarto como una carnívora. También aquí desaparece y mirá que primoroso el florerito con campanillas azules que decora el borde de la ventana.

La mujer original está con una enagua de seda, desapareció el color con la humedad, aquí está con una bata. En el otro parece que le acuchillaran los ojos los rayos de sol, aquí el paraíso que promete la luz del mundo parece cierto y ella lo descuenta.

 

 Con López del Olmo me imagino que  podías pasarte días escuchándolo. Pasaba de la teoría a los ejemplos prácticos y todo mechado con anécdotas y muchas veces invectivas contra "artistas de moda" como los denominaba. Según el, formaban parte del aparataje  del arte. Y críticos, marchands, galerías, lo apuntalaban y triunfalmente acercaban al redil a cada vez mas gente engañada por el mito de lo que es y no es arte .Levantaba la voz en un rezongo que no disimulaba el rencor.

Pasando los 85 años Del Olmo había atravesado una existencia sin sobresaltos económicos y solo atento a la demanda de sus clientes, sus secretos sobresaltos eran de otra índole.

 Pero la frutilla que decora el postre es el abrupto cambio del motivo del otro cuadro que cosa rara en su obra iba como un díptico con aquel. Me comentó en aquella visita que necesitaba pintarlo. Al cliente le había dicho que era un complemento necesario y que estaba incluido en el precio. El mercader con buen ojo para rechazar los mensajes densos también lo rechazó y en su lugar y sin decir gracias y tomándolo a pié juntillas como parte del contrato le hizo ejecutar un "cielo", así le dijo el comerciante y se reía López del Olmo al rememorarlo.

El infierno me dijo que había desaparecido de su atelier y el "cielo" que entregó al cliente se enteró que se perdió en una mudanza o se lo agenció algún personal  del señor.

Pero yo supe después de su muerte que el viejo me engañó en aquella ocasión. En el desalojo de una baulera entre sus pertenencias estaba el infierno del díptico .En un paisaje gélido de sombras transparentes estaban él, la mujer del cuadro y un niño, desde el niño partía un camino seguro para salir de él, una señal de clara ayuda para evadirlo. La seña que Del Olmo hace en el cuadro es inconfundible.

 

Y ¿Cómo es que sabés tanto de Del Olmo y además, haberle seguido la pista a un artista sin importancia? Por tus comentarios parece importante de verdad. Tengo miedo que rehúses la venta.

Quedate tranquilo soy un profesional serio, la operación está echa. Eso si, el infierno te aviso que es de mi propiedad y no va en el paquete de venta. Es mío. Me avisó en la clínica en el lecho de muerte donde estaba para retirarlo.

Quedaste unido al hombre por un lazo como de parentesco. ¡Que historia!

 
Y como….desde el lecho también me confesó que era mi padre.

 

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