miércoles, 17 de diciembre de 2008

Kiti

"Vaya donde vaya encuentro gente que no para de fantasear acerca de la Agencia.

Todos conocen la verdad y se la dan a conocer a sí mismos y a los demás.

Como en sus imaginaciones de niño coinciden sobre la naturaleza maléfica de todo lo que no comprenden y ostenta un perfil adecuado a su mitomanía.

La Agencia es el tema preferido de todos los solitarios, los desesperados a los que nunca nadie escucha y que no pueden resolver ni la manera de conseguir la provisión de alimento que deben llevar a su casa y a quienes su mujer en muchos casos hasta llega a castigarlos…"

Así comenzaba el discurso preparado por J. Dell  y que fue cambiado por otro, este  sí directamente bajado por la máxima jerarquía y que era un rosario de desmentidas y aclaraciones varias sobre el vínculo establecido por la  Agencia con los más y menos sonados casos nacionales e internacionales.

Fue la conferencia numero 27; como las demás, con un tono de informe que no tildaba de descabelladas ninguna de las aparentes certezas que reporteros y columnistas ventilan durante el año y de las que el gran público participa y con mas o con menos, admite.

Esta última versión fue leída por S. Holbrok, la otra cara institucional visible.

Dell ya estaba bien lejos para esa hora. Presentó su renuncia indeclinable, retiró sus cosas y sin pena ni gloria, ( no debiera despertar sospechas el alejamiento de un hombre pasado cinco años de  la edad de jubilarse )volvió  al pueblo de su infancia para pescar, estar con los nietos, jugar al ajedrez en el Pub, buscarse alguna mujer, y probar de dedicarse a enseñar en la escuela estatal la historia de la región.

 
No había nada de todo lo descrito en su ciudad.

Los nietos eran imposibles de hallar, siempre con obligaciones impostergables.

Los hijos, casi unos desconocidos sin temas en común , el ajedrez sin contrincantes aceptables y la mujer; imposible de hallar una adecuada en esos parajes.

 Con su Kiti, muerta hacía tres años podía discutir hasta de música contemporánea utilizando registros sonoros. Nadie como ella por aquí.

Y la escuela estatal no aceptaba dar trabajo a nadie de la "compañía". La agencia atravesaba por ese entonces una de sus habituales bajas en la consideración pública y el prestigio ya se sabe que se mide a nivel nacional, estadísticamente.

Fiel al pensamiento que le impidieron volcar en aquella conferencia, pasaba por un hombre de trato desagradable entre quienes se acercaban para sondear su experiencia de tantos años en la famosa inteligencia.

Sin ser aceptado por nadie, se dedicó beber casi sin límite.

En el colmo de su depresión, la central lo rescató para dar un curso sobre leyes para agentes y con la prohibición de explayarse en cuestiones irritantes para los ocasionales interlocutores o bien que intentara moldearlos a su estilo.

Con el tiempo reconoció haberse equivocado y se convirtió en un hombre predecible.

 

Kiti había sido  su universo.

 Kiti lo llevó a vivir a su mundo. Alejado tantos años de la familia, la mujer oriental exiliada  le llevó a pasear sobre las cosas como quien salta de una nube a la otra por un cielo de découpage.

Mientras intenta pescar  en un lago del sur una trucha plateada con motas rojas que hasta el momento le fue esquiva piensa si su Kiti no sería una agente enemiga, y de las mas eficaces. 

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