miércoles, 21 de enero de 2009

Cuento (en un acto)

La escena en el canasto de un globo aerostático.

 
Se encuentran Carlos , empresario textil. Su mujer, Sandra, 30 años menor que el. Jessica, la hija de Carlos, que acaba de cumplir veinticinco años;( la misma edad que su "madrastra").Es la única  heredera del emporio textil.

Un navegante de edad indefinida a quien mencionaremos como "el joven navegante".

La nonagenaria.

                                                            ----. ----

 
CARLOS: -¡Mira, mira Jessica, allí se divisan los campos de tu tía abuela!

 

(Jessica está acodada en el borde del canasto dando la espalda a los tres familiares; casi pegada al joven navegante).

 

JESSICA: ¡No recuerdo haber visitado ese lugar!

 

CARLOS: Como no…en esos campos fue que…

 

SANDRA: ¡Carlos, por el amor de Dios, que dices!

 

CARLOS: ¡JA! ¡JA! ¡JA!. No me escucha por el viento. Es una broma para divertirnos.

 

SANDRA: No lo encuentro jocoso…

 

JESSICA: Papá es así. Lo tomas o lo dejas. Si no pudiera oírlo no lo hubiera dicho.

 

                  Y es que, sabes Sandra, es cierto, fue  una tarde

 

Inolvidable para mí..

 

SANDRA: ¿Pero…qué les pasa a ustedes? ¡Creo que voy a desmayarme!

 

(El navegante come un sándwich, indiferente)

 

JOVEN NAVEGANTE:  Puede utilizar las sales, están en el canasto verde. Pero si espera un
 
momento su malestar desaparecerá con el nuevo rumbo Sudoeste.

 

 
(La nonagenaria mueve sus ojos en contrapunto con la cabeza a un ritmo que expresa satisfacción por la nueva.)

 

 
LAS ARTICULACIONES DINAMICAS DEL GLOBO DENUNCIAN CON QUEJAS

 

 DE LA ESTRUCTURA Y EL BRAMIDO DEL SOPLO DE FUEGO, LA

 

 NUEVA ORIENTACION.

 

NONAGENARIA: Psss…Psss…

 

(Le hace señas a Sandra que le ayude a abrir su cartera de yute. Sandra, con aprensión, poniéndose

antes un guante, desabrocha un botón y comienzan a salir al exterior pulgones verdes.)

 

EL ESCENARIO DEBE QUEDAR COLOREADO POR EFECTO DE LA MAQUINA

 

DE HUMO SIN NUBLAR LA BUENA VISION DE LOS ESPECTADORES.

 

(Los insectos devoran las macetas con geranios, tumbergias y rosas chinas que decoran

 

el ámbito circular del globo)

 

NONAGENARIA: (a los pulgones verdes) Vamos, ahora deben volver a casa a dormir una buena siesta.

 

SANDRA: ¿A que hora llegaremos, navegante?

 

NAVEGANTE: Exactamente con la última copa de vino que será servida a los

 

 pasajeros.

 

SANDRA: ¿Y cuando será eso?

 

NAVEGANTE: Después de una brisa cálida, una especie de verano de San Juan que

 

viene del mar. Comienza entonces una fiesta sin disfraces, el tambor mayor inicia la

 

 introducción para una cuadrilla que encabeza la anciana.

 

SANDRA: Pero, no se burle de mí usted también. ¿Todo en este lugar? Y ¿Dónde está

 

 la orquesta?

 

NAVEGANTE: En las bodegas está todo. Escuche…Escuche…

 

 
CARLOS:- ¡Mira, mira Jessica, allí se divisan los campos de tu tía abuela!

 

(Jessica está sentada en las rodillas de su padre, le besa tiernamente en las mejillas)

 

JESSICA:- ¡No recuerdo haber visitado ese lugar!

 

CARLOS:- Como no, ¡Memoria tramposa! ¿Ves aquel camino? ¿No lo reconoces?

.

 Es mejor hija, mejor que no lo recuerdes.

 

JESSICA: Espera…recuerdo un carro al galope, mi madre gritando de miedo y mi

 

hermano azuzando a los caballos que yo conducía…

 

SANDRA:  ¡Basta Jessica te prohibo que sigas!

 

NONAGENARIA: Psss. Psss. Navegante…cuando sirven el vino…

 

NAVEGANTE: Aún no entró la orquesta, Señora.

 

NONAGENARIA: (Aplaudiendo exultante) ¡Gracias Carlos por este viaje maravilloso!

 

¡Y luego del vuelo lleno de sorpresas,a la exposición universal!

 

 Este 1899 es un año maravilloso  ¡ lo recordaré siempre!

 

(La nonagenaria le hace señas a Sandra que abra su cartera de yute. Sandra, con

 

aprensión, poniéndose antes un guante, desabrocha un botón y le alcanza un polvo de

 

 base blanco que la anciana desparrama generosamente sobre su cara.)

 

 Se escucha un ritmo de tambor.

 

                                                 TELON.

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