domingo, 6 de abril de 2008

A Llorar Al Cuarto



Siempre me hacía el mismo chiste: ¿A quien le vas a creer? ¿A mi o a tus propios ojos?
Seguí así y vas a ir a llorar al cuarto, me repetía; y yo no le creía.

Apareció con el planeta Júpiter uno de aquellos veranos y yo escribí solo para mí, porque soy un negado para la poesía, las dos únicas en mi vida.

La primera refiere al cielo austral:

(La estrellita que parece seguir el curso del sol y la luna me resultó entonces una novedad más comprensible que Elisa. La primera fue para el astro. Jugué entonces a los 20 años con el tono y las palabras y me sentí Dante):

“Estrella del Oeste, que en la luna primera del verano, bañabas en el véspero tu luz.
Mensajera circular del verbo, avanzas hacia el norte y no le temes al radiante sol del mediodía.
Deprisa vas a otro horizonte en llamas,

O al menos así,
Lo ven mis ojos.

En el segundo “poema” algunos días después, ya aparece ella pero sigo manteniendo el “estilo”:

“Acaricio atado a mi mano, el rizo que me diste

En una rueca lo hilé, cuando te fuiste.

Soñando alcanza para tejer algo hermoso para tu cuerpo.

En la vigilia es la prueba de que ya no me amas.”

Después no intenté mas poesías.

En el medio hice bromas de Groucho:

“Sos la mujer mas bella que he conocido, lo cual no dice mucho en mi favor”

“El verdadero amor se presenta solo una vez en la vida y luego no hay quien se lo quite de encima”.

“Casate conmigo y nunca mas miraré otro caballo”.

“Quiten a las esposas del matrimonio y ya no habrá ningún divorcio”.

“Conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no los esperara una esposa.”

“Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella está su esposa.”

Hasta que concluyeron los diez años de novios.

El día en que la sorprendí me dijo “¿Que por qué estaba yo con ese hombre? Porque me recuerda a vos. De hecho, me recuerda a vos mucho más que vos”

Recuerdo que me enojé mucho.

De a poco fui cayendo en la cuenta de que al final, me mandó a llorar al cuarto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Increíble. Has logrado escribir el cuento de amor menos romántico que se haya escrito jamás. Y fíjate que hasta en los cuentos de total desamor, hasta en los de amor cruel y hasta en los de odio siempre hay un poso, un rastro, una gota de romanticismo que se escapa...
¿Diez años? Ja, ja, ja, Y la cuestión es que tu personaje apuntaba maneras: las dos poesías me han hecho reír muchísimo, y quien sabe hace reír en verso, debería componérselas mejor en la prosa del amor y de la vida.

Es excelente. Has compuesto el anticuento de amor. Divertidísimo

Celia,

Anónimo dijo...

Excelente!!! Y quizas tenga razón ¿En quien te has convertido? ¿Quienes somos cuando pasan los años?

Y te aclaro màs....él del cuarto no era yo.
Nico